Stig Östlund

torsdag, november 26, 2020

Hay que reconocer que, con todo y sus fallas, con todo y su incapacidad para ser un buen ejemplo para las nuevas generaciones, fue transparente. El planeta entero conoció sus luces y sus sombras. Sus múltiples caídas y sus otras tantas levantadas. En esas estaba, tratando de superar su alcoholismo, cuando lo sorprendió la muerte ayer. La gran paradoja que resume su vida es que haber sido tan humano lo elevó a dios pagano. En los estadios encantó a todos. Fuera de ellos no agradó a muchos. Y jamás le importó./El Tiempo, Colombia

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