Stig Östlund

fredag, september 16, 2011

Victor Jara 28 septiembre 1932 - 16 septiembre 1973

Somos cinco mil


Somos cinco mil.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Sólo aquí,
diez mil manos que siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad,
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión, terror y locura!

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podía golpear a un ser humano.
Los otros cuatros quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío.
Otro, golpeándose la cabeza contra el muro.
Pero todos, con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera.
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es este el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto, tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatros murallas sólo existe un número,
que no progresa,
que lentamente querrá más muerte.

Pero de pronto me golpea la conciencia.
Y veo esta marea sin latido.
Pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona.
Lleno de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que las bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
¡Canto, qué mal me sales
cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo,
como el que muero, espanto,
de verme entre tantos y tantos.
Momentos del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo, nunca vi
Lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento.

Victor Jara.

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